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El pretendiente

 

Te necesito como jamás pensé necesitar a nadie más, en busca de esa prófuga felicidad te encontré, ahora con solo horas de tu ausencia, puedo comprender que tu llegada me cambio la vida.

 

Mirarte es un agradable viaje veraniego, pero me gusta más cuando solo tú me miras, aparto la vista, ya que el corazón se enmudece, no quiere ceder pero vasta necesidad tiene de ti.

 

Eres imposible de olvidar,

noche tras noche nostálgicamente a base de sollozos lo repito, entre las frías sabanas de mi solitaria cama, esperando el amanecer para seguir extrañándote, el corazón grita y exige que te busque.

 

Pensar en que ojos te verán, que oídos escucharan tu melodiosa voz, pero sobre todo, quien habitara tu corazón, me tiene incomodo por saber lo te callas.

 

Tratando de disimular lo que siento, sonrió al pensarte, el añorarte tristemente puede convertirse en felicidad, solo si también sientes lo mismo por mí, tu pretendiente.

 

-Juan Humberto Castañeda-

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